La duración de una promesa puede variar dependiendo de diversos factores, como el tipo de promesa realizada y las condiciones establecidas en la misma. En general, una promesa puede extinguirse cuando se cumplen las condiciones acordadas, se alcanza el objetivo prometido, o cuando una de las partes decide cancelarla o incumplirla.
En el caso de promesas verbales o informales, puede ser difícil determinar con exactitud cuándo termina la promesa, ya que no se cuenta con un documento formal que la respalde. En cambio, las promesas escritas suelen establecer claramente la fecha de finalización o las condiciones para dar por terminada la promesa.
Es importante comunicarse con la persona que hizo la promesa para aclarar cualquier duda sobre su vigencia y establecer un plan de acción en caso de que la promesa no se cumpla o deba ser cancelada. En caso de discrepancias o incumplimientos, es recomendable buscar la mediación de un tercero imparcial para resolver la situación de manera justa y equitativa.
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